Capítulo 19.
Jimin y Jungkook se encontraban en la cama del segundo, ambos acostados y en un bonito silencio cómodo, el castaño estaba con los ojos cerrados mientras que le rascaba el cabello a su alfa que ya se le estaba haciendo costumbre y de paso desenredaba su cabello, pero lo que no sabía es que Jungkook se estaba martillando la cabeza en cosas negativas.
Jimin estaba apunto de caer dormido, pero una voz lo interrumpió.
—Jimin. ¿Soy un buen alfa? —le pregunta Jungkook sin voltear a mirarlo y el omega rápidamente lo volteó a ver con el ceño fruncido en confusión.
Si, sus recaídas comenzaron después del accidente, el sentirse inseguro de si mismo, de no ser un buen alfa para su omega, de no ser suficiente lo estaba consumiendo poco a poco. Veía como Jimin hacía todo por él, obviamente su familia ayudaba, pero Jungkook pasaba todo el día prácticamente con Jimin, si tenía que ir al baño ahí estaba para ayudarlo, si se levantaba en la madrugada con hambre y sed, ahí estaba un cansado y somnoliento para él.
Jimin hacía cada maldita cosa por él.
—¿Qué si eres un buen alfa? Acaso es una broma esa pregunta —repitió la pregunta del otro—. Jungkook eres un gran alfa —lo volteó para que se miraran a los ojos—. Pero en especialmente eres mi alfa, solo mío —habló posesivamente mientras abrazaba al pelinegro—. No quiero que te menosprecies así Jungkook, ¿acaso ser mal alfa es haberme salvado del infierno que viví? Me diste un techo en donde dormir aunque yo no te haya pedido nada, ¿y sabes qué es lo mejor? Me devolviste la confianza a mi mismo y los demás —agarró la mano del mayor y la llevó a su pecho—. Aquí nadie me obliga hacer nada, si lo hago lo hago por voluntad propia, soy tu omega Jungkook, está en mi siempre velar por tu salud y sé con seguridad que igualmente tú harías esto por mi.
—Te amo tanto Jimin —Jungkook enterró su cara en el cuello de este—. Nunca me dejes... por favor —suplicó.
—En mis planes está pasar todo mi vida contigo alfa, aunque tú no lo quieras —respondió Rayco, siempre soltaba sus feromonas para calmarlo.
—Omega —lo llamó saliendo de su cuello.
—¿Alfa? —preguntó al llamado.
—Nido —le respondió.
El lobo se sorprendió un poco pues, cuando alguien pedía eso era para sentirse seguro, además el alfa era el que hacía un nido para el omega pues eran más sensibles, no era muy común un alfa pidiendo nido para sentirse seguro, pues al ser alfas su lado protector y dominador estaba ahí, pero no le importó, pues la felicidad le empezó a inundar, su alfa le había pedido uno.
—¿Un nido alfa? ¿Yo? —preguntó feliz pero a la vez confundido.
Jungkook solo atinó a asentir un poco cohibido.
Así que se paró de la cama del alfa, no si antes darle un besito en la frente, se fue al armario de Jungkook y sacó muchas mantas y cobijas.
—¿Dónde lo quieres alfa? —le preguntó y Jungkook señaló una esquina de su cuarto—. Bien —y sin más empezó con su labor.
Empezó a agarrar las almohadas del alfa, pero vio que no eran muchas, salió un momento de la habitación, fue a su cuarto y agarró más mantas y almohadas suyas, regresó otra vez al cuarto del ojiverde y ahora si que empezó a armar el nido.
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Rayco por fin terminó de armar el nido, así que finalizó marcándolo con su aroma, se dio la vuelta y vio que Jungkook se encontraba dormido.
El lobo le dio paso a su humano para tomar el control, Jimin vio todo lo que hizo su lobo y pudo jurar que sus ojos se cristalizaron, si bien él y su lobo nunca en la vida habían hecho un nido, a Rayco le había quedado muy bonito. Antes de ir a despertar a Jungkook sacó de un cajón unas luces para decorarlo, una vez listo, fue a darle la sorpresa a su alfa.
—Kook —le dijo moviéndolo un poco.
—¿Mmmm? —le respondió todavía con los ojos cerrados y somnoliento.
—El nido está listo —sonrió cuando vio a Jungkook que despertó de golpe, mirando con sus ojitos iluminados.
El omega lo ayudó a caminar hasta que llegaron a la esquina del nido.
Miró a Jimin con una sonrisa que se le podía partir la cara.
—Entra alfa, es toda tuya —le animó y no tuvo que decirlo dos veces porque como rayo ya había entrado.
El alfa empezó a oler todo, mientras se restregaba en el nido, el olor de orquídeas de su omega era lo mejor de este mundo, se sentía seguro.
—¿Me dejas entrar Kook? —preguntó, pues era espacio de él y no podía invadirlo, si quería entrar tendría que preguntar.
—Si omega, ven entra —le respondió.
Jimin se puso a un costado de él, se acostó y en eso Jungkook lo acomodó haciendo que el omega quedara en su pecho.
—¿Te gustó Kook? —le preguntó acurrucándose sobre Jungkook.
—Si muchísimo, gracias de verdad omega —le respondió sinceramente, pues esto era maravilloso.
—No hay nada que agradecer Kook, siempre lo haré con gusto, no dudes en pedírmelo —le respondió sonriendo.
—¿Entonces podemos hacer más nidos? —pregunto esperanzado.
—No Jungkook, es la casa de tus padres, una casa que ya son de una pareja y más alfas, ellos son más territoriales así que sería una falta de respeto ir haciendo nidos por cualquier lugar —negó el omega—. Además, a Rayco no le va gustar, a él le gusta la privacidad al igual que a mi, cuando tengamos un lugar para los dos lo hablamos —contestó somnoliento empezándose a dormir por el aroma y comodidad que emendaba el nido.
El omega ya estaba dormido, pero un alfa se había quedado despierto pensando si era adecuado comprar una casa para él y su omega, para tener su privacidad.
Su propio hogar.
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